Corrían los años ’40 cuando Elizabeth Short, aspirante a actriz de 22 años, es encontrada muerta en un callejón con el cuerpo cercenado en dos, faltándole órganos a su cuerpo, casi sin sangre, torturada y con una cicatriz que le recortaba la cara y emulaba una macabra sonrisa.
La historia de esta mujer conmovió a la población, movilizó a policías y medios de comunicación con tal de encontrar al asesino. No hubo nadie que no comentara por mucho tiempo el hecho; los medios mostraban a una mujer de rostro angelical, joven y bella, casi virginal. Lo que la policía ocultó fue que esta mujer, cuyo asesinato estaba en boca de todos, era una persona de dudosa reputación que vivía de la venta de su cuerpo para poder sobrevivir y que se relacionaba con uniformados en forma esporádica.
Se le apodó “La Dalia Negra” por lo blanco de su tez, lo negro de su cabellera, y en copia a la película “La Dalia Azul” que había sido estrenada meses antes. Se decía que vestía siempre de negro y que su manera de seducir era hipnótica.
El culpable nunca fue encontrado, por lo que se creó una ilusión alrededor de este crimen donde los medios y el público crearon una historia de fantasía que terminó tergiversando parte de la historia real.
El escritor Jame Ellroy fue el encargado de llevar a la novela negra esta historia en el año 1987, y es ahí donde plasma la relación de dos policías, ex boxeadores y enamorados de la misma mujer, que se obsesionan con la historia de la “La Dalia Negra” y la captura de su asesino.Ellroy, con su escritura descriptiva, mantiene al lector interesado y ansioso por los detalles de este crimen. La facilidad de lectura que se aprecia en sus letras hace que pueda ser leído en forma rápida y sin complicaciones por lo que es ampliamente recomendado para todos aquellos que no tienen mucho tiempo para leer.
Por Claudia Oviedo Herrera
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