En Chile son pocos los verdaderos fanáticos de la literatura o del cine fantástico, sin embargo existen grandes exponentes de las dos artes que desde los años 60’ han trabajado duro para darle más peso a la ciencia ficción en el país.
Para muchos el Ciencia Ficción es una vía de escape de la realidad, cuando leen textos o literatura de CiFi, se encuentran con un mundo que pudo haber pasado o que quizás podría pasar, y lo emocionante es que nunca se sabrá que tan lejano estamos de esa situación que se describe.
En Chile, muy pocas personas se encuentran realmente interesados en leer libros o ver películas sobre hechos fantásticos, sin embargo es un tema interesante de conocer y que en el país en los últimos años se ha hecho un tema tratado por muchos escritores y directores de cine.
Si hablamos de Ciencia Ficción en el cine, podemos decir que hablamos de una mezcla de terror, de la prospección del futuro, de alienígenas, del miedo al devenir de los tiempos y los análisis de la realidad desde un punto de vista puramente sociológico y crítico. A todo esto se le incluye una gran cantidad de efectos especiales visuales que ayudan a hacer de este cine, un total espectáculo.
La Ciencia Ficción llegó a Chile en el siglo XIX. Fue a finales de los años 1800 cuando escritores europeos llegaron con el gen de crear fantasía y ficción, sin embargo ellos no sabían que lo que redactaban tenía que ver con Ciencia Ficción. Es recién en 1920 cuando los escritores comenzaron a publicar sus trabajos en revistas como por ejemplo la revista Magazine y Zig-Zag.
Luego de un gran cambio y a la vez descanso de la literatura de fantasía, la ciencia ficción vuelve a tomar peso en la literatura en los años 60’, luego de esto, grandes directores comenzaron a trabajar en el cine de fantasía como por ejemplo Alejandro Jodorowsky y Raúl Ruíz, entre otros.
Sin embargo, no es hasta los 90’, que llegaron a Chile influencias europeas y japonesas, se comenzó a trabajar con el CyberPunk – todo lo relacionado con internet y las nuevas tecnologías-. Estas nuevas tendencias se comenzaron a pasar en las escuelas de cine de las diferentes universidades del país y sirvieron como influencia para varios cineastas que hoy trabajan en exitosas realizaciones.
Uno de los estudiantes de los años 90 que absorbió toda esta nueva influencia proveniente del extranjero, fue Jorge Olguín. Director de cine de 33 años que ha traspasado todas las barreras del cine tradicional dejándose llevar por sus instintos y más que nada por su imaginación.
En el año 2000 presentó su primer trabajo titulado “Ángel Negro”, una mezcla de thriller y ficción que llamó mucho la atención de los críticos por ser la primera de ese estilo después de muchos años sin hacer cine de ciencia ficción chileno. El 2002 presentó “Sangre Eterna”, un filme relacionado con vampiros, una fantasía que muestra mucha sangre y efecto visual.
Luego de un receso de 5 años, vuelve a las pantallas de cine con su película SOLOS, la que se estrenó el año 2007 en diferentes muestras de cine de ficción como por ejemplo la 2° semana fantástica que realiza la editorial “Puerto de Escape” de Valparaíso. Sin embargo, la película se atrasó un año y se pudo estrenar en el cine el pasado 19 de marzo.
En la actualidad, Jorge Olguín se encuentra trabajando en la producción de “El Caleuche”, película que se estrenará el 2009; y también ha trabajado en la pre-producción de la película “Dr. Mortis”, que se estrenará el 2010 y está basada en el libro que además sirvió de influencia para él al comenzar con el cine de fantasía.
Marcelo Novoa, profesor de literatura y escritor de ciencia ficción asegura que “Jorge Olguín se enfrenta a lo tradicional del cine chileno, la gente está acostumbrada a ver en cine chileno como educador, que muestra la realidad, por eso se tuvo que atrasar un año el estreno de SOLOS: porque no contaba con el apoyo necesario”, comentó.
Los críticos:
Novoa también agrega: “A la gente le falta cultura de ciencia ficción, debemos reconocer la literatura de la ciencia ficción, si no reconocemos literatura, no hay lectores y es difícil que tengamos espectadores y que entiendan de qué trata la película”, comenta.
También agrega que en Chile es muy caro hacer todo tipo de películas, se invierte mucho dinero, por lo tanto la gente espera que la película sea una crítica social, que hable de la identidad nacional, que sea capaz de reconocer nuestras diferencias, etc.
“Es muy difícil complacer a los críticos, por eso Olguín está haciendo bien su trabajo, haciendo ciencia ficción, y tarde o temprano lo aprenderá bien. Pero el problema está en que a los críticos de cine que creen que las saben todas, olvidan que los más grandes cineastas de todos los tiempo fueron de cine fantástico y ciencia ficción, que es Raúl Ruíz y Alejandro Jodoroswky”. Agrega Marcelo Novoa.
Las mejores cinco películas ce CiFi chilenas:
- La montaña sagrada (Alejandro Jodorowsky)
- Las tres coronas del marinero (Raúl Ruíz)
- La hipótesis del cuadro robado (Raúl Ruíz)
- Tan lejos de Andrómeda (Juan Vicente Araya)
- Chilean Gothic (Ricardo Harrington – adaptación del libro de H. P. Lovecraft)
Las peores películas de Ci Fi chilenas:
- El último hombre (Tatiana Gaviola)
- El Huesped (Coke Hidalgo)
- Malta con huevo (Cristóbal Valderrama)

El comienzo del Ci Fi:
Los inicios del cine fantástico y/o de ciencia ficción provienen de Inglaterra, de la mano de Herbert George Wells entre 1890 y en 1908. Sin embargo, en el año 1902 el cineasta George Méliès creó la película “Viaje a la Luna”; una adaptación de 12 minutos del libro de Julio Verne.
En la película se muestra cómo dos hombres llegan a la luna disparados por un gran cañón, al llegar al satélite terrestre se encuentran con un lugar florido y natural y son recibidos por los habitantes del lugar de manera amena y amigable.
El autor usa los argumentos necesarios como para catalogar a la película como Ciencia Ficción, ya sea en el viaje espacial y la relación que los hombres tienen con los extraterrestres. Estos argumentos y más que nada la fantasía estaban muy bien trabajados por Méliès ya que, aparte de ser mago y tener todos los instrumentos necesarios para trabajar la fantasía, tenía un estudio de grabación adecuado para filmar los efectos especiales de la época.
También se valió de recursos como maquetas y miniaturas, con las cámaras trabajaba movimientos y tomas que engañaban mucho al ojo humano. También utilizó peceras para imitar el fondo del mar, todos estos elementos que marcaron un hito en la historia del cine en esos años.
El cine de ciencia ficción en el siglo XX aparte de un gran uso de la imaginación por parte de los creadores, contenía un alto grado de humor, cosa que poco a poco se fue transformando y se comenzó a incluir el terror y más que nada el miedo al futuro.
Un gran cambio, y ya algo más cercano a la CiFi actual, es el uso de máquinas que se apoderan del mundo. Siguiendo esta base, el director Fritz Lang creó la película “Metropolis”, que se filmó en el año 1926 y hablaba de cómo sería el dominio de las máquinas en el año 2015.
Frankenstein, filmada en 1931, fue la otra película de ficción donde se comenzaron a introducir nuevos aspectos: los inventos científicos, los monstruos y se consolidan como películas con mucho suspenso y terror.
Por: Romina Vidal
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