domingo, 19 de abril de 2009

Hinchada como pocas, exitista como todas

La Garra Blanca se jacta de ser la barra más fiel del país, pudieron revolucionar el mundo del fútbol, pero se diluyeron para dar paso a un raudal de exitismo y festines.

“Yo estaba seguro que los jugadores iban a dejar todo en la cancha, es el mismo Colo-Colo de siempre, con clase y calidad”, estas son las palabras del Gerente de Colo-Colo, Gabriel Ruiz-Tagle, una vez terminado el clásico 163 del fútbol chileno y con el resultado ya establecido, pero el triunfo del cacique tiene miles de aristas, en especial después de la semana en la cual un entrenador renunció, varios jugadores cortados “revividos” por el DT interino y una hinchada que le hizo notar al equipo que pueden ser jueces en estas situaciones .

Pero, ¿por qué la hinchada puede tener ingerencia? Respuestas hay muchas, fanáticos que se preocupan por su club, defensores de los colores, interesados en la gestión económica y deportiva del club, gente con mucho tiempo libre, etc. Pero el hincha está ahí, ya sea en la calle con sus camisetas, en los foros de Internet, en la solera de un pasaje, y lo más llamativo para mí es que llegue en masa la Garra Blanca y pueda increpar libremente a los jugadores.

Y así no más fue, el día viernes recién pasado y bajo la tribuna principal del Monumental unos quinientos hinchas se dedicaron a cantar, pero no alentaban al equipo ni lo arengaban para preparar el clásico, sino que era para darles a conocer a los cabrones del equipo que Marcelo Barticciotto sí era un grande (ver video), no como los actuales jugadores que pueden ganarse a parte del público, logrando títulos locales y otros resultados decentes. Sin embargo el “Barti” logró la Copa Libertadores en el 91, catapultándolo al olimpo de la hinchada alba.












Una renuncia que caló hondo en el pueblo colocolino, pero me sigue llamando la atención la reacción del hincha, del individuo anónimo que llega a un estadio a pifiar, insultar y a cantar en contra de los mismos jugadores que en más de alguna vez compartió el grito de gol o el alzamiento de más de una copa. Los sociólogos hablan del sentido de pertenencia y de cómo una actividad como el fútbol puede acoger a ciertas personalidades que ven en el seno de una barra como su única posibilidad de triunfo y sentirse ganadores aunque sea por noventa minutos.

Este concepto (sentido de pertenencia) se acoge a la participación en ciertos grupos y de cómo se puede ser parte en ellos, incluso para atacar o defender sus principio o los del grupo. De hecho, los hinchas de Colo-Colo luego de haber ganado a su clásico rival festinaron con la nefasta situación de que en el camarín albo se pudiera beber alcohol e incluso fumar.


Entre Orientación, Cabrones y Barra Abierta

A pesar de estar en medio de la barra, alentando o criticando a jugadores, dirigentes, cuerpo técnico o lo que sea, el hincha deja todo de lado por un resultado, esta bien que sea ante el rival más clásico, pero no puede permitir que ante tamaña traición el público reaccione sólo con la felicidad de un triunfo.

Si pelearon por Barticciotto, si fueron capaces de increpar a los jugadores aludidos por el ex entrenador, y si hubo defensa a brazo partido por el estandarte albo, ¿cómo es posible que se olvide todo con un miserable resultado? ¿Dónde quedan los defensores a muerte del club?
Y así es como volvemos al exitismo barato, ese de hinchas que aparecen cuando el equipo gana o está en racha, si, los mismos que se suben al carro de la victoria cuando el logro está a la vuelta de la esquina.

La misma dirigencia de Colo-Colo y en especial su presidenta Gabriel Ruiz-Tagle afirmó a la prensa que “El plantel jamás solicitó echar a Barticciotto”, sin embargo, los dirigentes rechazaron las propuestas de el ex DT para rescindir contrato a Jara, Riffo, Meléndez y Sanhueza, alguien reclamo por eso. Nadie.

Aunque la frase para el bronce es la del propio Ruiz-Tagle quien desmintió las palabras de Barticciotto (“a los jugadores después de los partidos les daba por tomar y yo no tolero eso” –Zoom Deportivo 19/04/09-) replicando el dirigente con “El camarín de Colo-Colo no es un bar”. Esto a pesar de que Barticciotto sacó a la luz todas las “prácticas” de los jugadores “profesionales” de Colo-Colo, y los hinchas, bien gracias.

Siempre se habla de que las hinchadas están en las buenas y en las malas, pero este personaje en especial llamado hincha, puede despertar y encarar a sus propios jugadores, tratándolos de cabrones y enjuiciarles que “jugaban para atrás”, también puede llegar a una práctica y enrostrarles a los jugadores que su jugada en el camarín es una sinvergüenzura. Así se puede demostrar que el hincha puede ser algo más que un individuo que puede provocar disturbios, demostrar su rabia y vociferar injusticias.

Pero, si dos días después del banderazo más crítico hace años, el equipo gana un clásico y el hincha agradece el nivel de los jugadores y que celebra el consumo de alcohol y los puchos en el camarín, no sirve de nada. Peor aún, se borra todo lo notable que pudo haber sido este movimiento de los garreros.













Por: Sebatián Díaz

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